

Reiki Usui
Tibetano
Armonización energética para restablecer el equilibrio físico, mental, emocional y espiritual.
¿Qué es el Reiki?
Reiki es una técnica de canalización y transmisión de energía vital a través de la imposición de manos que sirve para equilibrar el organismo y proporcionar bienestar a nivel físico, mental, emocional y espiritual.
Es uno de los métodos de sanación más antiguos del que la humanidad tiene conocimiento. Se originó en el Tíbet hace dieciocho siglos y fue redescubierto en el siglo XIX por un monje japonés llamado Mikao Usui. La tradición del reiki se remonta a escritos de 2.500 años en sánscrito, la lengua antigua de la India.
El Reiki es una técnica complementaria natural segura y holística, pues trata al ser humano como un todo. Es conveniente para todas las personas, no tiene contraindicaciones.
Se basa en la idea de que la energía fluye a través de nosotros y puede utilizarse para estimular el proceso de curación. El uso de reiki como técnica complementaria está creciendo rápidamente, siendo utilizado en muchos hospitales de Estados Unidos y Europa para ayudar a aliviar el dolor y aumentar las tasas de recuperación.
¿Para qué sirve el Reiki?
El Reiki se puede utilizar para aliviar diferentes situaciones que provocan malestar o dolor. Según la Federación Española de Reiki, sus principales beneficios son los siguientes:
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Reducir el estrés.
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Aliviar dolores crónicos como la artritis, reuma, artrosis, lumbares, dolores menstruales, sinusitis o migrañas.
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Acelerar el proceso de cicatrización en lesiones óseas.
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Reforzar el sistema inmunológico para luchar contra enfermedades virales.
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Equilibrar energética y espiritualmente para mejorar estados de depresión, ansiedad y otros trastornos mentales.
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Promover el bienestar espiritual, mental y emocional.
¿En qué consiste una sesión de reiki?
La sesión se realiza en camilla. Durante la sesión, la terapeuta sitúa las manos sobre diferentes partes del cuerpo (los puntos energéticos conectados con los chakras) para canalizar la energía y deshacer los posibles bloqueos energéticos del organismo.
Aunque con una sesión ya se pueden sentir algunos beneficios como una relajación profunda física y mental, se recomienda hacer un mínimo de 3 sesiones para poder percibir cambios sustanciales que vayan a tratar la causa original del desequilibrio orgánico.
En algunas sesiones se utilizan otras técnicas de sanación como la aromaterapia o la armonización con el sonido de los cuencos tibetanos.