ESTRÉS POSTVACACIONAL
- Santi Alabern
- 4 sept 2022
- 3 Min. de lectura

A unos más y a otras menos pero, en general, a todas nos cuesta dejar atrás las vacaciones y volver a la rutina. Este cambio nos exige un proceso de adaptación y reajustar los horarios de sueño, la alimentación y el tipo de actividad diaria. Por lo tanto, es normal que los primeros días nos sintamos un poco desubicadas.
El problema surge cuando no nos sentimos capaces de responder a las demandas que nos supone la vuelta a la rutina. Cuando esto ocurre, estamos hablando de estrés postvacacional.
¿Qué es el estrés postvacacional?
También conocido como síndrome postvacacional o mal llamado depresión posvacacional (la depresión es un trastorno mental que no tiene que ver con esto), este tipo de estrés se podría definir como un trastorno adaptativo en el que la persona responde con sintomatología clínica a un estresor específico: la vuelta al trabajo.
Los síntomas se manifiestan al reincorporarse al trabajo tras las vacaciones, una baja laboral larga o un período de inactividad laboral.
Cuando pasamos de una situación en la que tenemos libertad de horarios y rutinas diferentes a las que llevamos el resto del año, para pasar a encorsetarnos en rutinas cotidianas que exigen un ritmo y cumplir unos horarios, necesitamos de unos días para reajustar nuestros biorritmos y adaptarnos a la nueva situación.
Este proceso de adaptación suele durar entre una y dos semanas. Si se alargase más allá de las tres semanas este síndrome podría derivar en un trastorno adaptativo o un trastorno afectivo estacional y se debería tratar con un especialista.
Síntomas de este tipo de estrés
Alteraciones en el sueño. Dificultad para dormir por las noches y somnolencia a lo largo del día.
Falta de energía y apatía. Nos sentimos cansadas y sin ganas de realizar ningún tipo de tarea, con la sensación de no ser capaz de volver a retomar la rutina habitual.
Tristeza por la vuelta a la "cruel rutina".
Cambios de humor e irritabilidad. Puede conllevar problemas emocionales en casa y en el trabajo.
Dificultad para concentrarse y escasa motivación. Escaso interés por emprender cualquier tipo de trabajo y disminución de la lucidez mental para reaccionar a planteamientos habituales en la rutina laboral.
Falta de capacidad en la toma de decisiones. Nos sentimos inseguras ante nuestra falta de motivación por lo que no es un buen momento para tomar decisiones importantes.
Angustia vital y ansiedad, hasta puntos donde la persona puede bloquearse. Planteamientos como: “¿Seguro que me quiero dedicar a esto?, ¿Con qué cambios me voy a encontrar en el trabajo?” o “No he disfrutado suficiente de las vacaciones y ahora queda demasiado tiempo para volver a cogerlas”, pueden hacer que tu mente entre en bucle.
Molestias estomacales, sensación de nudo en el estómago.
Falta de apetito.
Dolores de cabeza.
Propuestas que te pueden ayudar con la vuelta a la rutina

1. Recuperar los hábitos alimentarios, de sueño y el ejercicio físico de manera paulatina.
Volver a la normalidad lo antes posible es lo ideal pero recuerda no forzarte. Date el tiempo necesario para recuperar los hábitos y así, disfrutar de sus beneficios. Según William James se necesitan 21 días para integrar un hábito, aunque ese tiempo depende de la motivación, de la persona y de otros aspectos.

2. No sobrecargarte de trabajo los primeros días. No quieras ponerte al día justo al empezar, no se puede pasar de 0 a 100 de golpe!
Es importante organizarte y regularizar tu agenda laboral priorizando lo más inmediato. Evita que las primeras jornadas sean maratonianas, sobre todo porque no vas a ser productiva y te provocaría más desánimo.

3.- Reservar tiempo para cuidarte, descansar y planear actividades que te diviertan. Si además, estas actividades incluyen movimiento (bailar, caminar), crecimiento personal (talleres o cursos que te apetezcan) o estar con gente (amistades o gente nueva) nos dará la sensación de aprovechar el tiempo en beneficio de nuestra salud física y emocional.

4.- Tirar del sentido del humor. Siempre va bien ponerle un poco de humor a la vida y más en situaciones de estrés, así que te animamos a que saques tu vena cómica estos días e intentes quitarle hierro a los asuntos más farragosos que te vayan llegando.
Muchas veces sabemos la teoría pero nos cuesta ponerla en práctica. Si sientes que sola no puedes PIDE AYUDA y hazte la vida más fácil.
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